En un mundo que se enorgullece de los avances tecnológicos y las conquistas sociales, es desgarrador y alarmante enfrentarnos a una realidad que nos avergüenza como humanidad: la trata de personas en niños y niñas. Este fenómeno aberrante representa una de las formas más atroces de violencia y explotación, exigiendo una respuesta inmediata y una conciencia global para erradicarlo de una vez por todas.

La trata de personas en niños y niñas es una forma devastadora de esclavitud moderna que afecta a millones de vidas inocentes en todo el mundo. Se aprovecha de la vulnerabilidad de los más jóvenes, atrapándolos en una red de explotación que incluye trabajo forzado, prostitución, adopciones ilegales, matrimonios forzados y otros abusos físicos y psicológicos.

Estos niños y niñas suelen ser secuestrados, vendidos por sus propias familias o engañados con falsas promesas de un futuro mejor. Sus sueños y esperanzas son arrebatados, reemplazados por una pesadilla sin fin. Son forzados a trabajar en condiciones inhumanas, a realizar actos impensables y a renunciar a su libertad y dignidad, todo por la codicia y la crueldad de sus explotadores.

La trata de personas en niños y niñas es un flagelo que afecta a todas las regiones del mundo, sin distinción de fronteras, culturas o creencias. No puede ser ignorado ni considerado un problema ajeno. Todos somos responsables de enfrentar esta realidad dolorosa y contribuir a su erradicación.

Gobiernos, organizaciones internacionales, ONGs, instituciones educativas y la sociedad civil en su conjunto debemos unir fuerzas para proteger a los más vulnerables y brindarles una oportunidad de una vida digna y libre de explotación. La lucha contra la trata de personas debe ser una prioridad global, abordada con una cooperación sin precedentes y una firme determinación.

Si queremos construir un futuro más justo y seguro para nuestros hijos y futuras generaciones, la educación y la prevención son fundamentales. Es vital que, desde una edad temprana, se les enseñe a los niños a reconocer las señales de peligro, a valorar su propia dignidad y a respetar la dignidad de los demás, esto es lo que debe ser incluido en los libros de texto, en las curriculas escolares, en las actividades fuera de casa y en las platicas de los padres hacia sus hijos.

Además, los padres, educadores y líderes comunitarios deben estar informados y capacitados para identificar situaciones de riesgo y brindar apoyo a aquellos que podrían ser víctimas de la trata de personas. La colaboración entre las autoridades locales y las organizaciones especializadas en el tema es crucial para proteger a los niños y niñas vulnerables.

Es fundamental que se garantice la justicia para las víctimas de trata infantil y que los perpetradores sean llevados ante la ley. Los sistemas judiciales deben ser reforzados para asegurar que los culpables sean enjuiciados y que las víctimas reciban la atención y el apoyo que necesitan para reconstruir sus vidas.

Asimismo, se deben establecer programas de protección y rehabilitación integral para los sobrevivientes de la trata infantil. Estos programas deben abordar las necesidades físicas, emocionales y psicológicas de los niños y niñas rescatados, brindándoles una oportunidad para sanar y recuperarse y evitar que recaigan o que frustren su futuro por un mal manejo de la crisis.

Es hora de que como sociedad global nos unamos en un compromiso firme para erradicar este fenómeno aberrante. La protección de nuestros niños y niñas es un reflejo de nuestra humanidad y solidaridad, y solo a través del trabajo conjunto y la conciencia colectiva podemos aspirar a construir un mundo más seguro y compasivo para todos.

Debido a la naturaleza clandestina de la trata de personas, puede ser difícil obtener datos precisos y actualizados sobre la magnitud del fenómeno. Sin embargo, algunas fuentes gubernamentales y organizaciones no gubernamentales han recopilado información relevante sobre el tema en el estado de Puebla.

Según datos del secretariado ejecutivo, los informes oficiales señalan que el 25% de las víctimas de trata fueron mujeres entre 15 y 19 años de edad, sobre todo en el corredor Puebla-Tlaxcala. Siendo así podemos ver que la cuarta parte de victimas son menores de edad.

Aprende y comparte información con otros acerca de qué es la trata de personas, cómo prevenirla y cómo denunciar este delito. Crear concientización es otra forma de ayudar a disminuir este fenómeno, existe la Comisión Ayuda contra la Trata https://comisionunidos.org/ que es una organización no gubernamental donde ayudan con prevención, concientización y atención a victimas.

Puedes hacer tu denuncia de manera anónima por vía telefónica + 52 55-9129-2929

O bien puedes llamar al 911 de tu localidad y solicitar el apoyo.

No dejar a nadie atrás” es la promesa principal y de transformación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La ONU este año puso el tema Llegar a todas las víctimas de la trata, sin dejar a nadie atrás, e invita a participar en la campaña azul. Corazón Azul representa la tristeza de quienes sufren la trata, al tiempo que nos recuerda la insensibilidad de aquellos que compran y venden a otros seres humanos. Si quieres participar entérate como hacerlo en https://www.un.org/es/observances/end-human-trafficking-day

Salvador Sánchez Trujillo
Presidente de la Red Por la Infancia y la Adolescencia Puebla